Recuerdo con alegría los días en los que junto a mi madre nos dedicábamos a cambiar la distribución de los muebles de la casa. Era una sensación muy similar a la de estrenar, aunque no siempre había nuevas piezas en la habitación, las sensaciones variaban y eso sí que era nuevo, En cada casa que he vivido, siempre he disfrutado cuidando los espacios que he habitado, aunque no llegué a valorarlo como posible trabajo hasta unos años después.

Cuando tomé la decisión de formarme para dedicarme a esta profesión, venía de estudiar Derecho y ADE, un año de erasmus en el que cursé una formación de International Business y dos años trabajando en el departamento comercial de una empresa de productos electrónicos.

Ahora que llevo más de seis años dedicándome a lo que me apasiona y habiendo formado parte de más de cincuenta proyectos, la ilusión sigue como la del primer día. Cada nuevo proyecto es un nuevo inicio, al que me llevo todo lo aprendido.

Soy una persona cercana, me implico en cada proyecto con cariño y disfruto cuidando de cada detalle. La naturaleza es mi mayor inspiración y siempre trato de acercarla a los espacios. Busco una atmósfera de armonía que transmita calma y en la que apetecezca quedarse.

Sigo formándome, y no creo que pare de hacerlo. Mis ganas de aprender y mi curiosidad hacen que siempre esté dispuesta a navegar en nuevas aguas. Siempre abierta a aprender para aportar mayor valor a cada proyecto del que formo parte. El diseño biofílico y la neuroarquitectura son dos perspectivas del diseño que me sirven de referencia a la hora de enfrentar nuevos proyectos.